Históricamente, sobre todo en las compañías tradicionales, el Marketing Manager era una figura que podríamos considerar como una especie de “cajón de sastre” de las diferentes necesidades internas que tenía la empresa. Ejemplo de ello podrían ser las tareas de diseño gráfico, de programación de páginas web, de gestión de las redes sociales, de la parte comunicativa o incluso de la creación de productos de merchandising. En algunas empresas sigue siendo así, sin conexión alguna con el departamento de ventas; mientras que en otras más profesionalizadas, destacan otros matices en las tareas de su día a día.
En la actualidad, en empresas que tienen voluntad de crecimiento, la persona encargada del marketing puede realizar alguna de las tareas anteriormente mencionadas o de similares, pero su rol principal es el de atraer los leads, el interés de clientes potenciales, de tráfico en general. Este tiene que ser medible, pues al final uno debe justificar cuántos leads ha traído a la compañía durante un periodo de tiempo concreto.
Desde la perspectiva de DigitalMakers observamos que, a partir del momento en que la función principal pasa a ser la atracción de leads, el planteamiento ya se ve modificado respecto a lo que anteriormente se conocía como un responsable de marketing. Uno debe definir cuántos leads necesita conseguir en un año y, para conseguir la cifra marcada, tiene ante él diferentes herramientas a utilizar. Además, es muy importante medir qué retorno tienen estas acciones empleadas y estas se miden con el número de leads que se terminan consiguiendo.
Estos leads, interés de la persona en nuestros productos o servicios, deben tener relación con el buyer persona, el tipo de cliente que realmente la empresa busca. Esto es un problema habitual en muchas empresas: atraen personas, pero no las correctas. Así pues, el departamento de marketing tiene la principal función de atraer leads cualificados y al Marketing Manager se le medirá por el número de leads de calidad que atrae y, sobre todo, por aquellos que terminen convirtiéndose definitivamente en clientes. En otras palabras, la ratio de conversión de estos leads.
También es de suma importancia saber cuál es el impacto económico definitivo que han tenido estos leads que han terminado convirtiéndose en clientes. Si somos capaces de decir, por poner un ejemplo concreto, que el 30% de las ventas tienen como fuente directa algún método usado por el departamento de marketing y definir el impacto económico de este es clave para la toma de decisiones futuras. Cuando esto se consigue, la figura del Marketing Manager pasa de ser un “cajón de sastre” a una parte vital de la compañía con impacto en el volumen del negocio que genera la empresa y parte de la columna vertebral del crecimiento.
El día a día del Marketing Manager es la gestión de los diferentes proveedores que tiene: el programador web, el responsable del CRM, el gestor de las redes sociales, el creador de contenido o el diseñador gráfico; entre otros. Pero lo que hace especial estas relaciones es que trabaja constantemente con datos, con datos de tráfico y de conversión. Esto justifica su rutina y, gracias a que está acostumbrado a trabajar con un gestor de relación con los clientes, puede sacar diferentes conclusiones sobre los objetivos.
Con estos datos puede conseguir informaciones valiosas de varios tipos como el volumen de negocio generado, determinar qué volumen de negocio ha tenido como primer contacto el departamento de marketing, el porcentaje de atribuciones o impactos del marketing en las ventas finales o conocer la fuente que lleva más negocio a la compañía. El CRM está registrando constantemente información y permite el análisis de todos estos datos.
Además, desde DigitalMakers podemos afirmar que la presencia de un CRM le ofrece al Marketing Manager una serie de herramientas de productividad. Si tradicionalmente se trabajaba con varias herramientas a la vez; Wordpress, para la web; Mailchimp, para el mail; Hootsuite, para las redes sociales; ahora todo queda centralizado en una misma herramienta. La usabilidad está muy centralizada y la explotación de datos, además de encontrarse en un único lugar, está disponible en tiempo real.
Podemos concluir que el Marketing Manager debe tener una estrecha relación con otra figura clave dentro de una empresa, el Sales Manager. Ellos dos son un tándem: el responsable de marketing atrae los leads para que el responsable de las ventas los termine cerrando y convirtiendo en clientes. Para el Sales Manager, el departamento de marketing es una fuente de leads con los que terminará hablando, reuniéndose y cerrando las ventas. Y para el Marketing Manager, el departamento de ventas será quien termine de dar forma a los leads que le lleguen y eso permitirá mostrar el impacto del marketing en el negocio. Son dos roles que deben trabajar de manera muy alineada y, cuando esta relación funciona, el crecimiento de la empresa va a más, se facturan mayores cantidades y la satisfacción y experiencia del cliente es mejor.
Con este artículo hemos querido explicarte las funciones y objetivos de un Marketing Manager y las dificultades en las que se ve inmerso en su día a día. ¿Cómo responsable de marketing, te has sentido identificado?. Estaremos encantados de que compartas con nosotros tus impresiones.